Y DRAZEN SE CORONA COMO REY DE EUROPA
1985
fue el año de los cambios. Cambio en el dominio de los equipos italianos,
quienes previamente con Cantú y Milan coparon la primera plaza en la gran final continental, ahora
era turno para dos nuevos conjuntos: un viejo conocido de las finales, el Real
Madrid y un equipo nuevo en estas lides, pero lleno de insultante y joven
talento como la Cibona de Zagreb.
Drazen Petrovic (10), dominador absoluto de la final
También
fue el año para el cambio en las reglas. Por primera vez, se introducía en esta
temporada la línea de tres puntos, modificación que como veremos en ediciones
sucesivas, cambió para siempre el juego, sus sistemas de ataques y la evolución
de un deporte cada vez menos volcado en el juego interior y cada vez enfocado al tiro exterior.
A la
final llegaban como hemos dicho, Madrid y Cibona. En la liguilla dominó Cibona,
sobre todo gracias al infernal ambiente que creaban los yugoslavos en casa y
que generó muchos roces y conatos de pelea como sucedió en el partido de la liguilla con el
Madrid. Con lo cual, digamos que…se tenían ganas…
La
Cibona formaba con los hermanos Petrovic en la línea exterior (Drazen y Aza),
junto al alero Zoran Cutura y los interiores de gran experiencia Mihovil Nakic
y Andro Knego. A ellos se les sumaba desde el banco el alero Usic y el pívot Vukicevic. Todos
bajo la batuta de Mirko Novosel y Zeljko Pavlicevic.
El Real
Madrid formaba con un quinteto temible: el mítico Juan Antonio Corbalán de
base, de aleros Juanma López Iturriaga y el norteamericano Brian Jackson, y en
el juego interior Fernando Martín y el otro norteamericano del equipo Wayne
Robinson. Desde el banquillo, veremos la aportación del base Velasco, los
aleros Del Corral y Rullán y los pívots Romay y Antonio Martín, dirigidos desde
la banda por Lolo Sainz.
Y la
final disputada en Atenas, comenzó con mucha igualdad (6-6) y un Itu siempre
motivado ante Petrovic. Cibona marca las primeras ventajas por medio de Aza
Petrovic (16-12, 24-18) pero el Madrid reacciona de la mano de Robinson (32-34)
y Martín, autor de doce puntos (34-36). El despertar de Drazen Petrovic
coincide con el final de la primera aparte a la que se llega con ventaja yugoslava
por la mínima (39-38). Iturriaga con 15 puntos y los Petrovic con 10 cada uno,
sustentan los ataques de sus equipos.
La
segunda parte se inicia con una Cibona anotando fácil (45-40) y que comienza a
marcar diferencias importantes (53-48, 55-50). Sin embargo, el Madrid no se
amilina y reacciona para igualar la final (59-58)…pero viene aquí el momento
clave del partido: quinta falta personal de Fernando Martín y desde ese momento
el conjunto merengue…desaparece¡¡¡
Además
de la baja del mítico pívot blanco, es la hora del show de Drazen, quién con ¡¡¡26
puntos¡¡¡ en la segunda mitad se convierte en amo y señor del encuentro (73-61,
77-63…) y esto ya no hay quién lo pare. Lolo Sainz introduce cambios para
intentar cortar la sangría pero Cibona marca la máxima diferencia (81-63), la
final es para los yugoslavos de un imparable Petrovic (85-68), al que se suma
Cutura (87-74).
Pese a
todo, el Madrid lucha con orgullo pero la diferencia es insalvable (87-76)
hasta el pitido final (87-78)…Cibona era nuevo campeón europeo y el mundo del
baloncesto se rendía a los pies de su nuevo rey, Drazen Petrovic, capaz de
anotar 36 puntos en la final y ser un factor decisivo para la consecución del
título.
ANOTADORES:
Cibona: 87 – A.
Petrovic 16 D. Petrovic 36 Cutura 16 Nakic 7 Knego 10 – Usic 2 Vukicevic 0
Madrid: 78 - Corbalán 6 Iturriaga 15 Jackson 10 Robinson
24 F. Martín 12 – Romay 3 Del Corral 2 Rullán 3 Velasco 3 A. Martín 0
Fue la final de Drazen Petrovic, de eso no hay duda. Un
talento imparable, insolente y muy bueno, supo rodearse de muchos veteranos
y dejó la dirección a su, para mí poco valorado, hermano Alexsandar, que cuajó
una gran actuación también. Este suponía el segundo fracaso consecutivo para un
equipo español tras la derrota del Barça un año antes, dicha racha se mantendrá
por desgracia durante bastante tiempo…
El Madrid ofreció buena prestación, luchó con un Fernando
Martín (otro mito como Petrovic que ya no se encuentra entre nosotros)
inconmensurable bajo los aros, el ímpetu de Itu y la fuerza de Wayne Robinson,
más apagados estuvieron Brian Jackson y su portensosa muñeca (sólo 10 puntos) y
un veterano como Corbalan, en una de sus últimas grandes noches europeas.
Un placer recordar al mito Petrovic pero no se vayan todavía
que aún hay más, en la próxima entrega rememoraremos el mítico Cibona-Zalgiris
del 86, ya sabeis…Sabonis, Kurtinaitis, Homicius, Knego y cómo no, Petrovic, un
encuentro donde saltaron las chispas y en el que había muchas cuentas
pendientes…pero eso será otra historia.
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