MUNDIAL A RITMO DE TANGO: ARGENTINA 78


Ahora que el coronavirus no nos deje salir de casa, es un buen momento para hablar de grandes momentos de los Mundiales.

                                 Kempes (10) en éxtasis tras anotar uno de sus goles en la final

Hablamos en este caso de los dos Mundiales conquistados por Argentina, el del 78 y el del 86, cada uno de ellos con su mística, con su intrahistoria y dirigidas por dos técnicos completamente antagónicos: Menotti y Bilardo.

Y lo haremos en dos partes, vamos con la primera:

Argentina fue finalista en el primer Mundial, el de 1930, perdiendo la final ante la local Uruguay (4-2). De esta Argentina del goleador Stabile y de Monti habrá que traslardarse a la de 1966 con Rattin, Artime o Perfumo.

En 1974, la “Naranja Mecánica” fue demasiado para los argentinos que se quedaron en la segunda fase del torneo. En este punto arranca nuestra primera historia: sólo tres jugadores de este equipo (Fillol, Kempes y Houseman) estarían en el Mundial de Argentina 78.

Argentina organiza “su” Mundial envuelta en una dictadura militar, la de Videla, tras la caída de Perón en un golpe militar producido dos años antes.

En la parcela deportivo, Cesar Luis Menotti tenía la tarea de montar un equipo competitivo que aspirara a hacer un buen papel. Menotti imprime su sello: fútbol de toque, apoyos cortos y presión defensiva al poseedor del balón, el famoso “achique”

                            Menotti cargó con la responsabilidad de llevar al título a Argentina

Pero en la previa, aparte del movimiento militar, se hablaría mucho de la ausencia de un “pibe” de 17 años llamado Diego Armando Maradona. Menotti incluyó al “Pelusa” en una lista inicial de 25 jugadores, pero el campeón del mundo juvenil se quedaría fuera del Mundial junto a Bottaniz y Bravo.

“Las malas lenguas” hablarían de una elección del jugador de River (“Beto” Alonso) por una de Boca, pero es algo común a españoles y argentinos esto de hacer dos “bancadas”

El equipo titular de Argentina solía estar compuesto por Ubaldo Fillol como portero; una defensa fija con Jorge Olguín lateral derecho, Luis Galvan y Daniel Passarela como centrales y Alberto Tarantini por la izquierda.

El centro del campo tuvo sus variantes pero lo más habitual era ver a Americo Gallego y Osvaldo Ardiles en el centro y Alberto Ortíz y Daniel Bertoni por las bandas. 

En la delantera mucha melena al viento con Mario Kempes y Leopoldo Luque.

En el banquillo, los porteros Bailey y La Volpe, los defensas Rubén Galván, Killer y Paganini, centrocampistas como Larrosa, Alonso, Oviedo y Valencia y los delanteros René “El loco” Houseman y Ricky Villa.

Argentina se presentaba en su Mundial clasificada como anfitriona y encuadrada en primera fase junto a Hungría, Francia e Italia.

El primer partido, disputado en el Monumental de River, empezó mal para los argentinos. A los diez minutos el húngaro Zombori dispara flojo, rechaza Fillol y Csapo pone el 0-1. Las dudas locales se disiparon rápido: falta de Kempes, rechace manso de Gujdar y Luque fusila (1-1)

El encuentro llegaba a su fin y Argentina no encontraba el camino del gol, sólo a falta de seis minutos, una jugada entre Alonso y Luque, acaba con un rechace que Bertoni empuja a la red (2-1)

La primera victoria serenó los ánimos de los aficionados pero no las críticas al pobre juego del equipo de Menotti. El segundo rival era Francia, que contaba con muchos de los talentos que luego nos maravillarían en los 80 (Platini, Rocheteau, Tresor, Six…)

Justo antes del descanso, mano de Tressor a tiro de Kempes que Passarela convierte de penalti en el 1-0. Sin embargo, Francia impone su calidad y tras un tiro al larguero de Lacombe, Platini pone el empate en el marcador (1-1).

Six tuvo un mano a mano con Fillol casi a continuación pero el balón sale rozando el poste…y de ahí pasamos al 2-1, balón en la frontal francesa que Luque convierte en una volea espectacular que se cuela por la escuadra de Baratelli.

Con la clasificación asegurada, Argentina e Italia se jugaban la primera plaza: el ganador se quedaría en Buenos Aires y el perdedor debía jugar la segunda fase en Rosario.

El partido fue de gran igualdad y de grandes acciones como un paradón de Fillol a Bettega u otro de Zoff a falta de Kempes. A mitad de la segunda parte, Bettega se queda sólo ante “El pato” y le bate por bajo poniendo a Italia en ventaja (0-1)

Esta derrotaba condenaba a Argentina a viajar a Rosario y enfrentarse en la segunda fase a Polonia, Brasil y Perú.

Lo que parecía un castigo se convirtió en una bendición y el público rosarino, más caliente y más cercano al campo que el porteño, llevó en volandas al conjunto argentino en esta segunda fase.

                                      La parada de Fillol a Deyna fue clave para Argentina

El primer rival fue Polonia. El equipo europeo venía de ser tercero en el Mundial 74 y parecía favorito en este encuentro (Deyna, Szarmack, Lato, Boniek…) pero Kempes despertó en el momento justo y “El Matador” anotaba su primer gol en el torneo con un cabezazo a los diez minutos (1-0).

Polonia se volcó en busca del empate y tuvo su recompensa en modo de penalti: un cabezazo de Lato es parado en la línea de gol por…¡¡¡Kempes¡¡¡ En 2020, Argentina se habría quedado con 10 jugadores pero en esa época no existía esa norma.

El lanzamiento fue ejecutado por Krazymir Deyna pero Fillol adivinó el lado evitando el empate. Al principio de la segunda parte, de nuevo Kempes tras jugadón de Ardiles, ponía el 2-0 y la ilusión renacía para Argentina.

El segundo partido es conocido como “la guerra de Rosario” así que ya os podeis imaginar que vamos a hablar poco de fútbol. Un Argentina-Brasil suele ser un partido muy intenso, y en la mayoría de ocasiones, carente de calidad como fue este del 78.

El miedo a perder y la agresividad empleada por ambos conjuntos fue la tónica del partido y nunca un 0-0 hizo tanta justicia a lo sucedido en el campo. Nos plantamos así en la última jornada.

Brasil y Argentina con 3 puntos, Polonia 2 y Perú 0. La vergüenza está en que ambos partidos de la última jornada no se jugaron a la vez. Primero lo hizo Brasil, que venció a Polonia por 3-1 con lo que la canarinha se quedaba con 5 puntos y +5 en el goal average.

Argentina, con un +2 en el goal average, ya sabía que dos horas después debía vencer a Perú por cuatro goles de diferencia (insisto una vergüenza que se permitiera esta situación)

Perú había fascinado en la primera fase contra Escocia y Holanda, pero en la segunda cayó ante Polonia y Brasil. Era un equipo muy técnico con Sotil, Cubillas, Oblitas…y con Quiroga.

Ramón Quiroga era un portero argentino nacionalizado peruano y del que dicen la malas lenguas que recibió la “visita” del general Videla antes del partido. Es un partido bajo sospecha (os recomiendo verlo y que cada uno saque sus propias conclusiones)

Pese a lo que se pudiera pensar, Perú tuvo dos ocasiones clarísimas en el arranque con un tiro al poste de Muñante y otra ocasión de Oblitas.

A partir de ahí, vino el ciclón argentino: Kempes aprovecha un fallo del central Manzo y anota el 1-0 y al borde del descanso Tarantini de cabeza acerca el milagro para los de Menotti (2-0)

La segunda parte fue el batacazo perúano y el extasis argentino: Kempes a pase de Bertoni en el 49´ fusila a Quiroga dentro del área (3-0), sólo restaba un gol para el milagro y llegó poco después: 

Centro de Larrosa, prolonga Kempes y sobre la línea Leopoldo Luque hace el cuarto.
Y no sólo Argentina se conformó con el cuarto, sino que vino un quinto por medio de Houseman y Luque completa el “set”: 6-0 y Argentina a la final.

La leyenda negra hablará de complot político entre Argentina y Perú, la donación de trigo a los peruanos, amenazas a los jugadores, la “visita” de Videla al vestuario de Perú…

Nos plantamos así en la gran final del Mundial 78, una final que arranca con retraso por las quejas argentinas por la escayola en el brazo de René Van de Kherhoff. Esto pone muy nervioso a los holandeses que salen enrabietados al partido ( ya hablamos de Holanda en este video https://www.youtube.com/watch?v=J-oLhdP3_Rg&t=10s )

Un paradón antológico de Fillol a Rep fue el preluido del gol de Kempes a los 37 minutos. “El Matador” ingresa en el área holandesa entre los defensas y Jonbloed para adelantar a Argentina.

En la segunda parte, Holanda se lanza con todo a por el empate y encontrará su recompensa a través de la persona menos esperada: el delantero suplente Naninga empata de cabeza a nueve del final (1-1)

La prórroga esta servida y en ella de nuevo Kempes saca petróleo de unos rechaces y con suma habilidad pone el 2-1. Esta vez sí que Argentina no dejaría escapar esta ventaja y amarró el triunfo con un postrero gol de Bertoni (3-1)

Argentina era campeona del mundo por primera vez en su historia, fue la Argentina de Fillol, de Passarela (único jugador en los dos Mundiales argentinos) pero también de Menotti y especialmente de Kempes, quién con sus seis goles fue “Pichichi” del torneo y decisivo en la consecución del título.

No me gustaría que este relato quedase oscurecido por la dictadura militar y por las sospechas del partido ante Perú, pero aquí venimos para contarlo todo, lo bueno y lo malo…

Esta es la primera parte de esta historia, la que coronó a Argentina en dos ocasiones campeona del mundo…más emocionantes relatos en la segunda parte.

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